CON CAPACIDAD DE ENCAJE

ENTRE EL PERICARDIO Y LOS SESOS BUSCANDO SENTIDO COMÚN

miércoles, 27 de abril de 2011

Democracia tampoco...

Se les llena la boca hasta límites insospechados. Bocas grandes capaces de engullirse un mandril. Como las pitones, o como las boas. Y con esas tragaderas inmensas se aparecen delante de nosotros como si les hubiese elegido el pueblo, al unísono, en procesión de borricos y ramos. Y con esa suficiencia, digna de Carlomagno, invaden nuestros espacios y se erigen en los salvadores de la patria. Y con listas cerradas. Para que traguemos por todos aquellos que debiendo su futuro cargo, si es que pillan cacho, a los Mesías de turno y no a los ciudadanos, votemos en manada como necios a la cuadrilla que nos proponen. Papeletas del PP, papeletas del PSOE, papeletas sin posibilidad de tachones sobre los nombres de aquellos que no quisiéramos que nos representaran. Papeletas cerradas en una democracia estanco. Y de esta lista de poco listos habrá que salvar a los partidos políticos que llevan en sus alforjas la modificación de la Ley Electoral, que no son, casualmente, ni el PSOE ni el PP.
Veamos un caso reciente de lo que se ha llamado democracia interna de los partidos: las primarias madrileñas en el seno del Partido Socialista. El número de afiliados en el PSM es de 18.000 en un censo de más de 6 millones y medio de habitantes; es decir, estaban llamados al voto uno de cada 365 madrileños. Ridículo, ¿verdad? Pues así está la representatividad democrática del pueblo, en esos números anoréxicos ¿Invictus? Qué pena, si aún no has ganado a nadie.
Para más inri, una vez elegido al Mesías de turno, éste propone una lista con los nombres de su equipo. Lista que te guste o no, si eres afiliado o simpatizante, o simplemente tiendes hacia la izquierda, deberás tragarte tapándote la nariz para evitar arcadas. Listas cerradas, sin oxígeno.
Pongamos otro ejemplo de signo contrario: las listas del PP a la comunidad valenciana ¿Puedes, si eres simpatizante del PP, votar a tu partido y elegir si a alguno de esos imputados no lo quieres cerca de la caja del erario público? No, sencillamente no. Ésta es la libertad que tiene el pueblo para elegir a sus representantes, ninguna.

La modificación de la Ley Electoral, con elecciones directas de los cargos más importantes, a doble vuelta y con listas abiertas, no sólo activaría la presencia de la sociedad civil, la bella durmiente, en la vida política, sino que además haría descender el número de corruptos, al tener que someterse los candidatos a la valoración individual de los ciudadanos y no sólo a la disciplina del partido, que a menudo mira para otro lado sin los resultado a sus siglas van por buen camino. Tabaco no, democracia tampoco.

lunes, 18 de abril de 2011

A Tocateja

Hemos perdido el sentido de la realidad. Como cuando veíamos esas horrendas imágenes del tsunami arrasando Japón, desplazando casas, barcos y coches como si fueran de papel, como si fuera una maqueta.
Y con el dinero, también.
Imagínense por un momento que volvemos a la gestión de cobro de nuestros padres, a recibir el salario en un sobre. Dinero contante y sonante. Dinero que pesaba en la mano. La misma mano que se lo había ganado a golpe de tajo, de curro desagradecido. Dinero y punto.
Imagínense la escena. “Fulano, pase por caja para recoger su sobre. Aquí lo tiene usted: 1.200€ (¡ojalá todos llegaran a esta cantidad!). Ahora pase por este cuarto a realizar los pagos mensuales, y de por vida, que le corresponden”. Fulano recibe el sobre y se siente bien. Un hombre, o una mujer, que ha hecho bien su trabajo y que recibe la correspondiente asignación. Dinero para su casa, para sus hijos, para vivir. Fulano, sobre en mano, entra en el cuarto de los pagos. “Muy bien Fulano, entre IRPF, SS, protección al desempleo y otros apartados, me debe dar usted 200€”. Fulano mete la mano en el sobre y, torciendo un morro que antes era sonrisa, apoquina la cantidad exigida. “Gracias Fulano. Sigamos con el IVA de lo que usted ha consumido el mes pasado: 800€ al 18% y 150€ al 7%, en total, 154,5€. Y gracias de nuevo”. Fulano pasa del cabreo a la impotencia, cuenta tres veces billetes y monedas y abona la cantidad reclamada. “En concepto de contribución, basuras, impuestos de circulación y algún otro impuesto que se me va al limbo, señor Fulano, otros 100€”. Y Fulano soltando la gallina como quien despide a un hijo que emigra. Y así, sableando el sobre recibido, llega a casa con lo puesto. Y gracias. Y la mitad de la gasolina son impuestos, y el 80% del tabaco, y respirar, al tiempo.
No tenemos conciencia de la cantidad de dinero que pagamos en impuestos. Si de verdad fuésemos conscientes de ello, si nos lo quitaran a cara de perro, si los pagásemos a tocateja, sólo con esa percibir esa sensación tan desagradable, a más de uno le entrarían ganas de ser tunecino; o islandés; o de agarrar por la pechera a más de un político y exigirle, dejándonos de tonterías, transparencia y austeridad. No como ahora, que parece que el dinero lo ponen ellos.
Y esta teoría, que llega a ser poética, no ha sido idea mía. Es de Oscar, un amigo, que la culminaba apuntando que después de todo esto, un día de junio, se planta en tu casa, además, un individuo que, en nombre de Hacienda, te reclama 1.000€ más para liquidar deudas. Y a tocateja, te dan ganas de morirte.

lunes, 4 de abril de 2011

¿Montesquieu ha muerto?

Al menos eso afirmaba el ínclito Alfonso Guerra: Montesquieu ha muerto. Y no lo tengo lo suficientemente claro. Si el juez Garzón me hiciese el favor de pedir el acta de defunción del francés – a él, que también se le da pedir actas de defunción-, acabarían mis dudas.
Lo que no me extraña nada, pero nada nada, es que Alfonso Guerra hiciese tal afirmación viniendo del PSOE. Ellos, tan acostumbrados a meter la mano en el poder judicial; a quitar fiscales que nos les bailan el Waka-Waka; a repartirse, junto al PP, los órganos más relevantes, como el CGPJ y el Tribunal Constitucional; a hablar de jueces progresistas o conservadores, con la complicidad de éstos, sin que la cara se les petrifique como a la mujer de Lot en Sodoma y Gomorra; a amparar a jueces que son capaces de guardarse en el cajón, durante tres años, casos como el del Faisán; a buscar recovecos al Estado de Derecho cuando se trata de negociar con etarras; ellos... Y los otros... Ellos y los otros, como los de Amenábar.
Necesitamos salir de estas arenas movedizas donde todo es barro y cada movimiento nos hunde un poco más hacia donde nos asfixiaremos de barro provocado y permitido.
La independencia del Poder Judicial, frente al apetito insaciable de los políticos, es la garantía que nos queda a los ciudadanos para seguir creyendo, a duras penas, en que esto sigue siendo un Estado de Derecho; que hay alguien que, casi siempre con retraso, pero desde la autonomía y la neutralidad, les pone, cuando se les va la mano, en su sitio, que es al servicio de los ciudadanos o a la fresca.
Y a esta fiesta veneciana, ahora, en Cantabria, se le une el PRC. La proclamación, al menos eso han intentado vistas las formas, de Vicente Mediavilla como magistrado del TSJC, es otra prueba más del poco respeto que se tiene a esa independencia vital para que una democracia lo siga siendo. Como en Roma: ser y parecerlo.
Y no seré yo quien ponga en solfa ni la capacidad ni la disposición del señor Mediavilla. Al contrario, me parece de lo mejorcito que habita en el PRC. Pero un hombre, que ocupa la Consejería de Justicia, que abandona su actividad política hoy, para ser magistrado del TSJC mañana, me parece excesivo. Demasiado peso político para un cargo que necesita ligereza de ataduras, aunque haberlas haylas.
Muy a pesar de Revilla –o quizás no-, la decisión la tendrá que tomar el CGPJ, y estoy en el convencimiento de que elegirán a la persona más adecuada para el cargo. Amén, o por el mar corren las liebres.
Y no, Montesquieu no ha muerto, está secuestrado.